¡Cuestión de tiempo!

Desde hace 15 años estoy en el movimiento feminista, y desde que estoy, venimos insistiendo en la importancia de generar “masa crítica”: ese porcentaje mínimo de gente que tiene que cambiar su modo de pensar para que el cambio social, cualquier cambio social, sea irreversible.Y el 8M para mí quedó claro que estamos muy cerquita de tener masa crítica. Sí, en Paraguay.

Increíble pero cierto: Los últimos dos años nuestras movilizaciones se llenaron de mujeres jóvenes que con orgullo se dicen feministas. También hay más hombres interesados en sumarse a la lucha por la igualdad de género, conscientes de que la desigualdad también les afecta y, algunos más y otros menos, con ganas de cuestionar sus privilegios. Y, sobre todo, el indicador de ver a mujeres indígenas y campesinas, comprometidas con sus luchas desde esas identidades pero con la claridad de que el género también juega un rol clave en la discriminación que sufren.

Las barreras culturales continúan, y en algunos casos las barreras legales (siempre tengo en mi cabeza a las trabajadoras domésticas, discriminadas en la propia ley), pero el caso es que a pesar de eso, las mujeres paraguayas estamos convencidas de que nada, ninguna ley ni barrera formal o cultural nos va a impedir alcanzar la igualdad y la justicia. Es cuestión de tiempo, pero ese objetivo lo vamos a conseguir. Juntas y organizadas lo vamos a conseguir.