• 16 Mar 2010

Este segundo cuento de CEDAW está basado principalmente en mi memoria. Es algo así como un ejercicio de memoria oral, utilizando los documentos para mayor precisión.

Era el año 1986, cuando formamos un grupo de trabajo sobre la situación legal de las mujeres en el Centro de Estudios Humanitarios (CEDHU), cuya directora era Esther Prieto (Chachi). Yo había propuesto en un panel tener como bandera común de las mujeres la igualdad ante la ley, aunque posiblemente no lo haya formulado así, pues ese fue nuestro lema en la CMP por años. Chachi me llamó y me dijo que le interesaba la propuesta y así comenzamos a trabajar. En el grupo estaba también Cristina Escobar. Paralelamente, comenzaban a trabajar la misma temática compañeras del Centro Paraguayo de Estudios de la Mujer (CEPEM – UC).

Chachi había vuelto hacía poco tiempo de Ginebra, donde había trabajado varios años en el Consejo Mundial de Iglesias. Esta institución fue muy importante para la gente que luchaba por la democracia y por los derechos humanos en el Paraguay. Chachi aprendió los recovecos de las instituciones del Sistema Universal de DDHH en ese tiempo. Paraguay tenía un relator especial y los informes eran presentados en sesión reservada de la Comisión de DDHH de la ONU. Para que este organismo condenase a la dictadura de Stroessner por las violaciones sistemáticas, era importante el concurso de un grupo de personas comprometidas con el Paraguay.

Pero además Chachi aprendió a trabajar con la lista de instrumentos de ddhh ratificados por los países. Recuerdo la primera vez que vi su listita y el vacío de ratificaciones del Paraguay. Sin embargo, apenas comenzamos a investigar, se ratificó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés). Enseguida pasamos a tener a la CEDAW como marco teórico de nuestro trabajo y Chachi marcó en su cuadrito la ratificación. No hubo más una ratificación hasta la caída de la dictadura.

Recuerdo bien la primera reunión en la Católica respondiendo a la invitación de Olga Caballero y Eddy Irigoitia del CEPEM. Ellas proponían hacer todas juntas un proyecto de ley que modifique el Código Civil. En la reunión se dio vuelta la propuesta y se resolvió que lo importante era debatir ampliamente sobre lo que nos parecía que había que modificar, por discriminatorio hacia las mujeres, en el Código Civil que se había aprobado en 1985 y que entró en vigencia en 1987. La CEDAW fue declarada como nuestra utopía en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó a mediados de ese año (1).

Creo que cuando el stronismo ratificó la CEDAW estaba muy lejos de pensar que se convertía en EL instrumento inspirador de una serie de acciones de las organizaciones de mujeres por muchos años. En la CEDAW se fundamentó el proyecto de ley de modificación del Código Civil, redactado por Mercedes Sandoval en base a lo discutido en dos encuentros nacionales de mujeres (1987 y 1988), que fue presentado al Senado poco después de la apertura política en 1989 y que fue aprobado como ley 1 de 1992. El proceso fue liderado por la Coordinación de Mujeres del Paraguay (CMP) y adoptó como lema “Por nuestra igualdad ante la ley”.

Sé que estos cuentitos no deben ser largos, así es que voy a consignar nomás que en CEDAW y las Estrategias de Nairobi fundamentamos la propuesta de creación de la Secretaría de la Mujer que fue impulsada por la sociedad civil, principalmente por la Multisectorial de Mujeres del Paraguay. Esta organización presento el primer proyecto de creación de la instancia estatal y posteriormente formulo conjuntamente con la CMP las “Bases para el Proyecto de Ley para la Secretaria de la Mujer”(2).

Usamos mucho la Convención también para las Propuestas de las Mujeres a la Constituyente y en otras ocasiones, pero voy a concentrarme en tres momentos de acciones feministas en relación directa con la CEDAW. El primer momento fue el de la picardía. El Parlamento de la transición se había propuesto que el Paraguay pasase a formar parte de la comunidad de derechos humanos y un indicador es que la primera ley que sancionó fue la ratificación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, fue la ley 1/89.

Sin embargo, el país seguía sin hacer el informe para el Comité CEDAW, que estaba obligado a presentar al año de ratificar la Convención. Así es que preparamos un documento denunciando el tema y el 6 de diciembre de 1990 hicimos una conferencia de prensa en el Cabildo, allí funcionaban las dos Cámaras del Congreso Nacional. Nosotras entramos nomás a una sala en planta baja que estaba vacía y ahí nos reunimos con los periodistas. Era llamativa porque por primera vez se denunciaba internacionalmente al gobierno del general Andrés Rodríguez por incumplir compromisos de derechos humanos y encima parecía que teníamos poder porque hicimos la conferencia de prensa en el Congreso.

Lo cierto es que ni siquiera sabíamos bien cómo remitir la carta al Comité CEDAW, así es que la enviamos a la Subdivisión para el Adelanto de la Mujer (SAM), solicitando que esa dependencia “remita y administre este Informe ante el Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, así como ante la Comisión sobre el Status de la Mujer, y los organismos especializados de las Naciones Unidas” (3). Una de las denuncias incluidas en el informe se refería a “que el Gobierno no ha cumplido con el requisito de la presentación del informe un año después de la ratificación del instrumento ni ha presentado ninguna otra información hasta la fecha” (4). Nunca hubo respuesta del exterior pero sí movió algo en el Paraguay ya que tiempo después, el Director de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Trabajo, Eric Salum, nos pidió a Graziella Corvalán y a mí redactar el informe, aunque no se habló de dinero, no era una contratación sino que el Estado pedía, sin decirlo, un aporte voluntario y nosotras lo hicimos. Se discutió en la CMP, el CDE aportó la contratación de un asistente y mi trabajo, el CPES el trabajo de Graziella y así. Es que demasiado queríamos que se haga el informe. En realidad el informe recién se presentó en 1996 como primero y segundo combinados y fue defendido por Cristina Muñoz. Yo no estuve presente, pero me contaron que Cristina logró emocionar a las expertas del Comité explicándoles sobre sus dificultades para lograr que la igualdad de las mujeres permee las políticas públicas.

El segundo momento fue la elaboración y presentación del Informe Sombra CEDAW. El impulso inicial fue dado por CLADEM Paraguay, al que se sumó la CMP. Fue un proceso de aprendizaje impresionante, entre otras cosas, porque se encomendó a una compañera cada artículo y luego compartíamos y criticábamos, a la luz del conocimiento de la Convención, de las Recomendaciones Generales y de las Observaciones y recomendaciones finales al Paraguay de 1996. El Estado había presentado un quinto informe muy malo, junto al tercero y cuarto combinados que eran mejores.

Fue genial que María Graciela Mendoza y Moli Molinas pudiesen participar en la capacitación de la International Women’s Rights Action Watch – Asia Pacific (IWRAW-AP) y hablaron como ONGs ante el Comité. Nuestra experiencia fue valorada y Graciela volvió a presentarla tiempo después en Bellagio y yo lo hice en el Foro Social Mundial de Nairobi en el año 2007. Algo importante, se publicó tanto las ponencias y principales resoluciones del Primer Encuentro Nacional de Mujeres en 1987, como el Informe Sombra (5), con artículos sobre el proceso, las recomendaciones, el Informe Sombra mismo e incluso el oficial. Eso ayuda a la memoria.

Bueno, un tercer momento es esta experiencia tan especial de ser candidata a experta de CEDAW. La candidatura nació del equipo del informe sombra, creció en los recovecos del movimiento feminista y de derechos humanos de América Latina y el Caribe y pasó a ser candidatura oficial del Estado Paraguayo. Las elecciones serán en junio, en la reunión de Estados Parte de la Convención. Así que este cuento CONTINUARÁ.

 

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1) Este encuentro fue el 27 y 28 de junio de 1987 en el Seminario Metropolitano y contó con la presencia de 102 mujeres y 1 hombre. Fue convocado por Alter Vida, Asociación de Abogadas del Paraguay (ADAP), Base Investigaciones Sociales, Educación y Comunicación (Base-ISEC), Centro de Estudios de Derechos Humanos (CEDHU), CEPEM, Grupo de Estudios de la Mujer Paraguaya (GEMPA), Centro Paraguayo de Estudios de Población (CEPEP), Círculo de Abogadas del Paraguay, Frente Ampli de Mujeres, Mujeres por la democracia, Pastoral Social Arquidiocesana, Unión de Mujeres del Paraguay (UMPA) y Palabra e Mujer (Radio Ñandutí). De: Incidencia en la modificación de leyes, La CMP y la igualdad ante la ley. Altervida, CDE, pag 7.

2) Multisectorial de Mujeres del Paraguay y Coordinación de Mujeres del Paraguay (1991): “Bases para el Proyecto de Ley para la Secretaria de la Mujer”. En CDE: Nadie dijo que seria facil. Anuario Mujer 1991, Asunción, pp. 70-75.

3) Carta de la Coordinación de Mujeres del Paraguay a Chafika Sellami-Meslem, 6 de diciembre de 1990, publicada en CDE (1990): Crónicas de haceres, deseos y olvidos. Anuario Mujer 1990, Asunción, pag. 68.

4) Coordinación de Mujeres del Paraguay (1990): “Informe sobre la Situación de la Mujer”. En CDE: Crónicas de haceres, deseos y olvidos. Anuario Mujer 1990, Asunción, pp. 69-71.

5) CLADEM/CMP/CDE, Informe Sombra CEDAW. Vigilancia ciudadana sobre derechos humanos de las mujeres en Paraguay, Asunción, 2005.