• 11 Oct 2017

No me voy a referir a la ideología de género porque es un cúmulo de distorsiones, cuyos defensores consideran a Jean Paul Sartre como un pseudo filósofo. De verdad.

Ahora bien, al prohibir la teoría de género, Riera prohibió que se hable de dos ejes principales de la teoría de género explicativos de una parte de las relaciones de poder en la sociedad: lo público y lo privado y lo productivo y lo reproductivo. Lo público construido como masculino y lo privado, familiar como femenino, aunque desde lo público se determina lo privado y por eso hasta 1992 el marido era el único administrador de los bienes conyugales, de sus bienes propios y de los bienes de su esposa.
De igual manera lo productivo era el trabajo que aportaba dinero a la casa y el hombre es el proveedor, en tanto que lo reproductivo es función femenina y reproductora, con una inmensa carga de trabajo no remunerado que incluye el cuidado.

Que se hable de eso prohibió Enrique Riera. Prohibió que se dialogue en el sistema educativo el cambio de las relaciones de poder entre hombres y mujeres, el cambio de roles entre ambos, el acceso de las mujeres al poder público, la promoción de la paternidad responsable.

La teoría de género también trabaja otros ejes que provienen de teorías que se elaboraron a partir de otras grandes discriminaciones y desigualdades de la humanidad como naturaleza y cultura, lo universal y lo particular, o las relaciones sociales de producción, entre otras, ya que en todas ellas existe la diferencia sexual.

La prohibición de la teoría de género es un paso al oscurantismo. Lo lamento profundamente y espero que la sociedad democrática paraguaya pueda revertir este paso de quema de ciencia explicativa y transformativa de relaciones sociales injustas.

 


*transcripción de posteo en Facebook