• 29 Mar 2016

En medio de la fresca y temprana mañana y el tráfico incesante la radio emite una noticia, entre tantas, pero para quienes luchamos contra la violencia de género se convierte en la suma inacabable de casos de feminicidio, esta vez, el asesinato de una joven de 19 años en manos de su ex pareja, quien tenía la prohibición de acercarse a ella por orden judicial. Y no era la primera agresión ni la primera restricción del agresor, ya que la joven mujer decidió separarse de él por la violencia que ejercía contra ella. Ciertamente, el hombre estuvo en la cárcel por haber atentado contra la vida de su ex pareja, pero a solo tres meses de salir en libertad logró su objetivo.

 

La justicia paraguaya se aplaza constantemente en la misma materia que en este caso es la de proteger a las mujeres víctimas contra la violencia. Una más y en lo que va del año, apenas terminando el primer trimestre ya suman 8 las mujeres que fueron despojadas de su derecho a la vida. La justicia se aplazó en este caso porque el ahora supuesto asesino ya intentó asesinarla, pero salió libre de la prisión en menos de 100 días!!

 

Mucha gente y los medios de comunicación podrán decir que son crímenes pasionales, hechos por hombres cegados por los celos, cargados de amor por el abandono de la mujer a la que aman. ¡¡¡PERO NO!!! Son hombres cargados de puñales o armas de fuego que están convencidos de que son dueños del cuerpo y de la vida de la mujer y que cuando ésta decide separarse, ellos tienen el poder de decidir si ella tiene derecho a vivir o debe morir en sus manos. ¿Es acaso prerrogativa de los hombres tener la vida de las mujeres como propiedad? ¿Estamos en el medioevo?

 

A mí me ciega la impotencia ante tanta injusticia contra las mujeres. Los mecanismos judiciales no actúan o lo hacen de mala gana. Se dicta una medida de restricción de acercamiento a una mujer víctima de violencia y es la misma víctima quien debe llevar el documento a su agresor. ¿Es un chiste esto? No, es la modalidad más usada por jueces u otros agentes de la justicia.

 

Poco o nada se ha hecho para cumplir con la Recomendación del Comité de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer  (CEDAW por sus siglas en inglés) en la que “recomienda al Estado parte que […] Intensifique sus esfuerzos por aumentar la concienciación entre los funcionarios públicos, especialmente las fuerzas del orden, los funcionarios judiciales, los proveedores de salud y los trabajadores sociales […][1]. Hasta ahora ninguna de las recomendaciones (son 4) han sido tomadas como asignaturas que el Estado paraguayo debería aprobar.

“Señora de los ojos vendados que estás en los tribunales… , bajá de tus pedestales, quítate la venda y mira… actualiza la balanza… que sin tus buenos oficios, no somos nada…” (Oración por la justicia – Letra y música de María Elena Walsh).

[1] Observaciones finales del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, recomendación Nº 21, inciso c). Octubre de 2011.