En febrero de este año nos dolía el asesinato de Francisca, niña indígena de 12 años encontrada en las inmediaciones de la terminal de Ómnibus de Asunción, y el sufrimiento de la niña indígena atada en un predio de la misma ciudad con signos de violación y tortura, y decíamos, en una conferencia de prensa, que la violencia contra las niñas mujeres debía parar.