Patricio Dobrée y Elsy Vera son los autores de esta guía, cuya publicación es resultado de un proceso de trabajo conducido por un Grupo Impulsor conformado por Grupo Luna Nueva, Centro de Documentación y Estudios (CDE) y Oxfam en Paraguay. Esta articulación tiene como fin facilitar herramientas para brindar respuesta y motivar la prevención de la violencia sexual en contextos comunitarios afectados por situaciones de emergencia.
¿Cómo reconocer la violencia sexual? ¿Qué hacer desde la comunidad? ¿Cómo se hace un plan básico de prevención? ¿Cuáles son los signos de violencia en niños, niñas y adolescentes? El documento ofrece algunas metodologías para reaccionar frente a grave modalidad de violación de los derechos humanos de las personas, que impacta particularmente en mujeres y niñas.
La guía focaliza la atención en la problemática de la violencia sexual en un contexto marcado por desigualdades y busca contribuir al debate público y el intercambio de ideas sobre políticas y prácticas humanitarias y de desarrollo.
Su meta es contribuir con los procesos que buscan poner fin a la violencia sexual. En este sentido, se plantea como una herramienta metodológica participativa de fácil aplicación para ayudar en casos de comunidad afectada por una emergencia, para identificar respuestas, planificar acciones preventivas y aumentar su capacidad de resiliencia ante un potencial incremento de las agresiones y formas de coacción que menoscaban la dignidad de las personas.
La violencia en el entorno
El documento contiene datos de 2018 donde se ven que las víctimas de violencia familiar y sexual son mayoritariamente mujeres. Las cifras ponen en evidencia uno de los efectos más perversos que producen las desigualdades de género. Otro dato que también debe destacarse es que, además de estar representados en menor proporción, los hombres que son víctimas de violencia familiar y sexual, en su mayoría son niños, es decir, personas que tienen menos poder objetivo dentro de una sociedad que privilegia los intereses de las personas adultas
Al tomar en cuenta los casos de violencia familiar y sexual cuyas víctimas son mujeres, los registros muestran que predomina el maltrato, cuya expresión más frecuente es la violencia física o emocional que se produce en el entorno familiar. Igualmente hay que destacar la alta incidencia que tienen las violaciones y el feminicidio. En 2018, 3 de cada 10 casos registrados por la prensa de violencia sexual y familiar donde la víctima fue una mujer correspondieron a una violación; mientras que 1 de cada 4 casos fue un feminicidio o un intento de asesinato.