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Hace más de 30 años, las mujeres activistas salen a las calles en todos los países a pedir la despenalización del aborto. La “Campaña 28 de Septiembre por la despenalización y legaización del aborto en América Latina y el Caribe” es una iniciativa regional del movimiento feminista.  La propuesta surgió el 22 de noviembre de 1990, en San Bernardo, Argentina, cuando con motivo del V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe se acordó “declarar el día 28 de septiembre como Día por el Derecho al Aborto de las Mujeres de América Latina y del Caribe, creando comisiones por el derecho al aborto en cada país de la región y/o apoyar a las ya existentes, así como formar la “Coordinadora Latinoamericana y del Caribe para la movilización por el derecho al aborto”; lograr el apoyo de las mujeres de los países que ya cuentan con ese derecho en la práctica y a su vez apoyarlas en sus luchas por mantenerlo en vigencia, y hacer campañas en cada país y conjuntamente en nuestro continente, para lograr ejercitar este derecho en forma legal, no clandestina, segura y digna para cada una de nosotras” (Declaración de San Bernardo, V EncuentroFeminista Latinoamericano y del Caribe, Argentina, 1990).

En Paraguay también mujeres salen a las calles a hacer escuchar sus voces sobre el aborto. Este miércoles se realizó un encuentro de activistas, mujeres populares, campesinas e indígenas que culminó con una manifestación en el microcentro de Asunción.

El comunidado de la C28 Paraguay dice:

“Ante la agresividad fundamentalista, exigimos más que nunca la legalización del aborto”
En un contexto de avance de fundamentalismos y neoconservadurismos en nuestro país, que impactan en el Estado e impiden derechos básicos, como el acceso a la educación sexual integral, y pretenden frenar la aplicación del enfoque de género en las políticas públicas, las feministas reunidas en la Campaña 28 de Septiembre levantamos la voz con todas nuestras fuerzas para exigir la legalización del aborto en Paraguay.
Al obstaculizar la provisión de información básica sobre sexualidad y reproducción a niñas, niños y adolescentes, los sectores antiderechos facilitan los abusos que ocurren a diario, con cifras oficiales alarmantes, mayoritariamente en los propios hogares y por parte de los mismos familiares. Negar educación sexual a la niñez impide reconocer las agresiones sexuales. ¡Basta de sostener una sociedad para el abuso sexual de niños, niñas y adolescentes!
Los abusos sexuales y la falta de información sexual y reproductiva propician embarazos no deseados en niñas, lo que ha llegado a ser naturalizado en nuestra sociedad. Cuando se trata de niñas indígenas, incluso se justifica esta realidad con supuestos argumentos culturales. Al impedir el acceso al aborto, se obliga a las niñas paraguayas a maternidades que son consecuencia de la violencia, que truncan proyectos de vida autónomos, así como a procedimientos inseguros y riesgosos. El embarazo y el parto obligados son actos de tortura para las niñas. ¡Son niñas, no madres!
Los sectores antiderechos que satanizan la igualdad de género, buscan impedir que las mujeres ejerzan el derecho a la autonomía sobre sus vidas y sobre su reproducción, así como el derecho a la maternidad voluntaria. Muchas mujeres jóvenes y adultas no acceden al uso de anticonceptivos, por vergüenza, por desconocimiento o incluso por falta de provisión o atención inadecuada en los establecimientos de salud. Las mujeres que abortan en condiciones inseguras y riesgosas son principalmente las más pobres, quienes enfrentan a la muerte, a consecuencias de salud o a una persecución judicial injusta por estas razones.
Denunciamos que las mujeres muertas por abortos inseguros son víctimas de un Estado feminicida, responsable por omisión de hechos que perfectamente podrían haber sido evitados. Quienes impulsamos el aborto legal tenemos un lema clave: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.
Las élites políticas y religiosas integradas mayoritariamente por hombres, que no viven nuestras realidades sobre el embarazo y la maternidad, insensibles ante el drama del embarazo de niñas y al componente de clase involucrado en la penalización del aborto, no pueden seguir decidiendo sobre nosotras. Nuestro país consagra la libertad religiosa, por lo que las decisiones públicas deben respetar la pluralidad de creencias y posiciones, sin que las de alguna religión se imponga al resto de la población.
Despenalizar el aborto no obliga a nadie a abortar; sin embargo, criminalizarlo afecta los derechos de todas las mujeres. Demandamos que las instituciones estatales, las autoridades y la ciudadanía toda de Paraguay respeten la libertad de creencias y que se abra un debate abierto sobre la necesidad e importancia del aborto legal. ¡Paraguay no es un Estado teocrático!
Las mujeres y las personas con capacidad de gestar abortamos si decidimos hacerlo y esto debe ser reconocido y respetado a nivel de la legislación y abordado adecuadamente en las políticas públicas, para que ninguna muera por un aborto mal realizado, ni sufra consecuencias evitables. Como lo expresan nuestras hermanas en todo el mundo: ¡Las mujeres decidimos, la sociedad respeta, el Estado garantiza y las iglesias no intervienen!
La ley que legalice el aborto será una ley por la vida, mientras su penalización es violencia hacia las mujeres, y principalmente hacia las mujeres pobres.
Debatir sobre aborto hoy es más necesario que nunca. ¡No dejemos que silencien nuestras voces para seguir decidiendo sobre nuestras vidas!
¡Aborto Legal YA!
Campaña 28 de Septiembre por la Despenalización y Legalización del Aborto, Paraguay
28 de septiembre de 2022
#28S #C28Py #AbortoLegalYa