Hay gente que no logra imaginar el socialismo más allá de un molde doctrinario que reduce la complejidad del mundo a ideas-fuerza tales como el modo de producción capitalista, la dominación burguesa o la lucha de clases. Son incapaces de pensar la especificidad de problemas tales como la discriminación de la mujer, la participación democrática, la organización del Estado o el desarrollo económico. Con ello, terminan confundiendo el proyecto socialista con un zapato chino doctrinario.

Un pensamiento socialista de fin de siglo debe ser capaz de desembarazarse de estas ataduras mentales si quiere abrirse a la complejidad del mundo y la política. Los siete ensayos de este libro contienen argumentos que apuntan a esa dirección. Luego de discutir el obrerismo, el vanguardismo, el sectarismo y las concepciones ortodoxas acerca de la sociedad, propone un socialismo posmarxista cuyas coordenadas so la igualdad, la democracia y la libertad.