• 15 Nov 2018

El ministro de Educación y Ciencias, Eduardo Petta, recibió, hoy 15 de noviembre, en Asunción, a las personas del Movimiento Nacional Somos muchos más, y todas las organizaciones” pro vida y pro familia”, que se manifestaron para exigir a las autoridades del gobierno, entre otros temas, “el respeto, promoción y protección integral de la familia, que constituye el fundamento de la sociedad. Ella incluye la unión estable del hombre y la mujer, los hijos y la comunidad que se forme con cualquiera de sus progenitores y sus descendientes”.  

 

En un largo pronunciamiento, sostienen sus exigencias basándose en varios artículos constitucionales, pero, llamativamente, dejan de mencionar los artículos referidos a la igualdad y la no discriminación (artículo 46) y sobre la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer (artículo 48) y el derecho a vivir una vida libre de violencia en el ámbito familiar (artículo 60), que son disposiciones clave de la Constitución de la República.

 

El ministro respondió a los reclamos con un discurso que me hirvió la sangre. Rápidamente compartiré solo algunos puntos para responderle. Desconoce la historia del Paraguay respecto a la conformación de las familias hasta hoy. “El hombre y la mujer, familia”. Y qué pasa con el 72% de registros de nacimientos de hijos fuera del matrimonio? Y el 35% de mujeres solas a cargo del hogar y la “familia” (Datos oficiales de 2017).

Habla de soberanía pero en realidad  los contenidos de su discurso son los mismos de la campaña regional de grupos de iglesias y sectores anti derechos bajo el slogan de “Con mis hijos no te metas” que impide que niñas, niños y adolescentes accedan a una educación sexual integral en escuelas y colegios para que puedan tener conocimientos básicos que les permitan distinguir un afecto de una agresión sexual; mientras datos preliminares del Ministerio Público registran 4.409 denuncias de hechos punibles contra menores (abusos sexuales, estupro, maltratos, proxenetismo), 5.967 casos de incumplimiento del deber alimentario y 18.574 hechos punibles de violencia FAMILIAR. (Año 2018, enero a octubre).

Violencias, agresiones sexuales, abusos y violaciones en la familia, esa familia que dice Petta defender. Hipocresía que mata y niega derechos a todas personas.


  • 08 Dic 2017

Myrian González Vera

Agosto 2016

La Virgen Inmaculada Concepción, más conocida como la Virgen de los Milagros de Caacupé es la patrona del Paraguay para la población católica, siendo el día de su celebración el 8 de diciembre que es feriado nacional desde hace muchísimo tiempo. Se cree que su existencia data de los tiempos de los franciscanos en el Paraguay en el siglo XVII. Las festividades que se realizan en torno a esta celebración empiezan mucho antes del 8 de diciembre, con el inicio del novenario y finaliza el 8 con la misa central con la participación de más de un millón de paraguayos y paraguayas[1] y culmina alrededor del 15 de diciembre, cuando se celebra otra misa principal que comúnmente se denomina “la octava”[2].

Dos motivos me impulsan a escribir este artículo. Uno es porque esta festividad religiosa forma parte de la cultura de la mayoría de la población paraguaya  -que declara ser católica-,  que proviene de tiempos de la colonia cuando los grupos religiosos europeos llegaron a estas tierras para evangelizar a los pueblos nativos; y  lo segundo porque la influencia de la Iglesia Católica en el gobierno nacional históricamente ha sido relevante, tanto en situaciones de disconformidad con el régimen imperante, como para utilizar su predominio con el fin de impedir acciones políticas referidas a la construcción de una sociedad plural y diversa que respeta las diferencias y la igualdad de género (por ejemplo, sobre temas como la sexualidad, la orientación sexual, el aborto, entre otros).  Es decir, la religión, principalmente la de la Iglesia Católica, siempre ha tenido un rol preponderante en la vida social y política de la población paraguaya aun cuando ello provoque en diversos grupos de la sociedad confrontaciones o contradicciones referidas a ciertos temas que podrían aportar a la construcción de una sociedad más democrática, plural y justa.

Cultura y religión

La manifestación del 8 de diciembre y el culto a la Virgen de Caacupé forma parte de la cultura paraguaya que se expresa en un acto religioso, un rito repetido a lo largo del tiempo y donde se hace palpable el sentir de una parte importante de la población paraguaya. Cuando me refiero a cultura y religión tomo la definición de Clifford Geertz para quien la religión es parte de un sistema cultural  pues es  “1) una situación de símbolos que obra para 2) establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los hombres 3) formulando conceptos de un orden general de existencia y 4) revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que 5) los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único” (1973: 89).

Con respecto a la religiosidad popular paraguaya, el antropólogo jesuita español Bartomeu Melià que vive hace muchos años en el Paraguay afirma que,  a diferencia de lo que señalan estudiosos del tema de que “la religiosidad en lo que tiene de supersticioso, de caótico, de confuso y de ambiguo, de simple y emocional, de mágico y fetichista, es la pervivencia de raíces indígenas mal cortadas o insuficientemente transformadas […] ello no se debe en ninguna manera a una pervivencia de un sistema religioso autóctono, sino al transplante de formas de cultura religiosa demasiado ligadas a la dominación colonial, que el pueblo nunca ha podido integrar y que ha rechazado como amenaza a su propia identidad. En otras palabras, se dan en la religiosidad paraguaya, las tremendas ambiguas marcas de la dominación colonial desintegradora de pueblos, pero al mismo tiempo la continuidad de un pueblo que quiere ser, y que en la religión, en sus creencias y ceremonias rituales, sabe que podrá afirmar su modo de ser humano y cristiano” (1988: 160).

Es en este contexto cultural dentro del cual describe Meliá que la celebración ritual del 8 de diciembre en Paraguay se comprende, ya que la aparición de la Virgen Inmaculada está ligada a la leyenda sobre un indio cristianizado por los colonizadores, quien ante una amenaza de peligro a su vida, talla en madera una imagen de la virgen estando en el monte, escondido por quienes intentaban cazarlo y darle muerte. Surge así, sobre la base de esta leyenda, la creencia de que esta Virgen es proveedora de milagros de distinta índole.

 

El día de la festividad popular religiosa en Paraguay: 8 de diciembre

El Paraguay tiene actualmente aproximadamente 7 millones de habitantes y acuden a Caacupé cada 8 de diciembre alrededor de 1,5 millones de personas. Según los censos poblacionales, cerca del 90% de la población paraguaya profesa la religión católica, que es una de las cinco ‘religiones mundiales’ o “sistemas religiosamente determinados de ordenamiento de la vida que han logrado captar multitudes de fieles” (Weber, 1999: 3).   También ello da cuenta de por qué una conmemoración religiosa logra mantenerse en el tiempo como feriado nacional, a pesar de que ya en 1992, con la nueva Constitución Nacional, se establece que el Paraguay es una república que reconoce la libertad religiosa y que “ninguna confesión tendrá carácter oficial” aunque a la vez afirma que “las relaciones del Estado con la iglesia católica se basan en la independencia, cooperación y autonomía” (artículo 24) y además, en su preámbulo invoca a Dios. No obstante, de todo el contenido de esta carta magna se desprende que el Paraguay es un Estado laico, lo que se refuerza en la modificación referida a la constitución anterior de 1967 en la que se establecía que para ser presidente de la República la persona elegida debía “profesar la religión católica, apostólica, romana”[3] (artículo 172).

 

La ritualidad del 8 de diciembre: Peregrinación, símbolos y milagros

La fiesta del 8 de diciembre contiene varios ritos. El principal es la peregrinación de los fieles, muchos de ellos ataviados con vestimentas similares a la de la Virgencita Azul, tal como se la llama popularmente a la Virgen de Caacupé. Hombres y mujeres junto con sus hijos e hijas de distintas edades (aunque lo más llamativo son los niños y niñas que portan en sus cabezas una corona parecida a la de la Virgen junto con la capa azul). La distancia que se camina es muy variada y los peregrinos vienen de todos los puntos del país; la peregrinación podría ser de 12 o 100 kilómetros, según haya sido establecido por el “promesero” en su pedido de milagro a la Virgen. Promesera se llama a la persona que, ante ciertos avatares de la vida, pide a la Virgen de Caacupé que le conceda un milagro. Éste puede referirse a conseguir un empleo, sanar de una enfermedad, aprobar los cursos escolares (especialmente los de nivel secundario y universitario),  casarse, tener hijos, entre otros motivos personales diversos. Es así que la promesa consiste en visitar a la Virgen y cumplir la promesa de ofrecer su sacrificio para la obtención del milagro solicitado; es decir el promesero o promesera apela a lo  que Weber llamó ‘promesas de compensación’ que consiste en “la posibilidad de apelar a esperanzas de una mejor vida para el individuo en el futuro de este mundo (reino mesiánico) o en el más allá (paraíso)” (1999: 13).

Pero no sólo de promeseros y promeseras está constituida la multitud que acude a Caacupé en los días próximos (anteriores y posteriores) al 8 de diciembre. Están también quienes lo hacen para reafirmar su compromiso de cristiandad y catolicidad año tras año, lo que convierte a la conmemoración en un acto multitudinario de religiosidad popular, que forma parte de la identidad de la mayor parte de la población paraguaya.

Otra forma de ofrecer un sacrificio humano a la Virgen a cambio de favores (el milagro) es que la persona promesera camine largos trechos con una pesada cruz sobre los hombros; es la creencia de que a mayor sufrimiento físico más alta es la posibilidad de acceder al milagro pedido; este sufrimiento generalmente se acrecienta con el clima, que tiene temperaturas de calor muy elevadas en esa época del año y probablemente exista una creencia de expiación de culpas a través de doblegar el cuerpo de manera que triunfe en el ser humano la espiritualidad necesaria para ser acreedora del milagro. Esta actitud humana es explicada por Weber cuando afirma que “la interpretación religiosa del sufrimiento, como signo de antipatía frente a los dioses y como señal de culpa secreta ha satisfecho, desde el punto de vista psicológico, una generalizada necesidad” (1999: 8).

“Las creencias pueden estudiarse, como otros aspectos de la cultura, por medio de la observación y de la argumentación posterior que conduzcan al establecimiento de tesis” decía Gómez Pellón basándose en el pensamiento teórico de Emile Durkheim. En ese sentido, la creencia de que un ser sobrehumano –que en este caso se configura y corporiza en una virgen católica– puede conceder deseos demuestra que la racionalidad es ajena a la expresión de las personas que se aferran a una religión determinada y alojan en ella la solución de situaciones problemáticas que “humanamente” no podrían ser alcanzadas.

 

La homilía central de la misa del 8 de diciembre como desafío o aprobación al poder político

Como seguramente otras, la celebración del 8 de diciembre es un acto religioso y político, especialmente la misa central, pues ya como tradición, la homilía se convierte en el discurso político que indica la calificación de la Iglesia Católica hacia el gobierno. La expectativa que se genera desde mucho antes del 8 de diciembre es alta, pues la gente se pregunta qué mensajes ofrecerán las autoridades eclesiales a las autoridades políticas. Aquí cabe aclarar que la presencia del presidente de la República en la misa central del 8 de diciembre forma también parte del rito.

En la mañana del 8 de diciembre, con las centenas de miles de promeseros y promeseras que llegan para la misa central, la plaza de la Basílica de Caacupé está inundada de colores, de velas, de flores y se da inicio al acto con el plato fuerte que es la homilía o discurso eclesial y a la vez eminentemente político. En general se refiere a cómo está el país y se refuerzan los hechos que marcaron el calendario del año. Casi siempre es de exigencias a las autoridades gubernamentales respecto a sus obligaciones; así se puede hablar de la falta de justicia, la pobreza y la corrupción política, ante la presencia de numerosas autoridades del más alto rango, incluido el presidente de la República. Allí es donde la influencia de la Iglesia Católica en los asuntos de Estado cobran su mayor fuerza, en tanto los feligreses acompañan con aplausos y vítores la calificación que se les da a quienes son representantes del pueblo.

Creo que la gente que está presente siente que es ése el lugar y el momento en que la población se ve fortalecida y representada por la Iglesia Católica a la que le concede el poder de su propia contraloría ciudadana. Es como que traslada su deber ciudadano en una entidad que, si hablamos en términos de modernidad debería ser parte de la vida privada de la gente. Pero ello no ocurre en el Paraguay. Son como vestigios de épocas históricas donde la religión era la que tenía el poder sobre la vida y obra de las personas.  Cuando se refiere al pensamiento evolucionario del siglo XIX ,  Talad Assa dice que  “la religión era considerada como la primera cuestión humana a partir de la cual el derecho, la ciencia y la política modernos emergieron y se separaron”[4] (2011: 261). Asad afirma que “la separación entre religión y poder es una norma occidental moderna, producto de la una singular historia pos-Reforma” (2011: 264). Es decir, se parte  de la idea de que la Modernidad estableció esa separación entre Iglesia y Estado; sin embargo, el posicionamiento de la gente que acude a Caacupé y aplaude el discurso político de la Iglesia Católica corresponde más a una actitud decimonónica que muestra un fuerte lazo entre religión y el poder y político, antes que la imagen de un Estado alejado de la influencia eclesial.

Sin embargo, este posicionamiento ciudadano es sólo en ese ámbito y en ese lugar, ya que  la reflexión política que presenta la Iglesia cada 8 de diciembre no produce un cambio en el comportamiento cívico de la población, pues si bien se genera durante varios días un debate de críticas hacia las autoridades gobernantes, esta actitud de calificación al gobierno se diluye con el paso del tiempo y llegadas las elecciones, sean de nivel local (elecciones municipales, de intendencias y concejalías) o nacional (presidencia, parlamento y gobernaciones), gran parte de esa misma gente que demandaba –a través de su apoyo al discurso/homilía de la Iglesia Católica, el cumplimiento del gobierno de brindar a sus habitantes mejores condiciones de vida, de trabajo,  y de respeto a los derechos humanos en general– apuesta nuevamente a elegir a los mismos partidos políticos que, estando en el gobierno, les dio las espaldas; es decir, el aplazo que le da la Iglesia a las autoridades de turno no les genera consecuencias negativas en las siguientes elecciones.

Para comprender esta aparente contradicción del comportamiento humano es posible recurrir a la dicotomía de lo sagrado y lo profano, que aporta Durkheim cuando se refiere a la religión y el mundo; dice este pensador de finales del siglo XIX que “lo que es característico del fenómeno religioso, es el hecho de que siempre supone una división bipartita del universo conocido y cognoscible en dos géneros que comprende todo cuanto existe, pero que se excluyen mutuamente […] Las creencias religiosas son representaciones que expresan la naturaleza de las cosas sagradas y las relaciones que mantiene, sea unas con otras, sea con las cosas profanas”[5].

Más allá de que cada cultura guarde tradiciones entre lo sagrado y lo profano),  existe aún en el Paraguay una fuerte relación entre Estado e Iglesia donde ésta (la Católica) se siente con el poder de demandar al Estado y lo confronta y califica. Ciertamente, estamos en el Siglo XIX, pero aún quedan fuertes vestigios del gran poder de la religión sobre la gente que se aferra a las creencias y a la fe para soportar las injusticias sociales y políticas cotidianas. Y es en este contexto en que se da un traspaso del poder ciudadano (de forma no voluntaria, quizá inconsciente) a la religión, aun cuando se sabe que sólo servirá para “expiar” las propias culpas de no poder ejercer una ciudadanía activa donde es la población la que demanda y reclamas sus derechos al Estado.

Las creencias religiosas y la fe forman una base sólida en gran parte de la población paraguaya, especialmente aquella de sectores populares, pues ante las adversidades que se les presenta se aferran a la religión como su tabla de salvación. Parecería que es más fácil respaldarse en la fe, en la religión, a la espera de los milagros, que la de ejercer su ciudadanía activa demandando sus derechos ante el Estado.  Las religiones, principalmente la Católica Apostólica Romana, son receptáculos de las personas que necesitan de aferrarse a la fe como base de su vida privada y que, en determinados momentos, tiene una importante influencia en su posicionamiento público ante el Estado, pero esta influencia es apenas como una estrella fugaz.

En este contexto cabe bien la idea de que en realidad continúa habiendo una extensión del poder y la influencia de la religión en términos feudales (aunque sin el éxito de esos tiempos, sino más bien como para sostenerse en esta época moderna y post moderna)  y además, porque en el Paraguay todavía es lento el proceso del “progreso de la sociedad” que ya en el siglo XVIII Augusto Comte describía cuando indicaba que todas las sociedades humanas atraviesan “una sucesión de etapas: […] en la primera de ellas, en la teológica, se desarrollan las creencias y la religión. Posteriormente, esta fase será superada por la metafísica, y finalmente, ésta lo será por la ciencia” (Gómez Pellón: 2).

 

[1] Actualmente la población paraguaya asciende a aproximadamente 7 millones de paraguayos/as.

[2] Se refiere a que es la misa que se realiza exactamente una semana después de la fecha de celebración.

[3] Actualmente éste ya no es requisito para las candidaturas a la presidencia y vicepresidencia de la República.

[4] Traducción mía del portugués. Este artículo fue traducido al portugués por Bruno Reinhardt y Eduardo Dullo.

[5] Esta cita es realizada por José Antonio Pastor Cruz, en su artículo “Acerca de Émile Durkheim”.


  • 29 Abr 2023

Una de las características de las elecciones presidenciales del año 2023 es la de tener once candidaturas presidenciales, quizá la mayor cantidad en la historia democrática. Lastimosamente, no son once opciones sino el resultado de la falta de liderazgos que aglutinen alrededor de una propuesta alternativa real para sacar al Paraguay del estancamiento e incluso de retrocesos en cuanto a la vigencia plena de los derechos y busque el bienestar de la población en general.

En diciembre de 2022 se llevaron a cabo las elecciones internas para elegir candidaturas presidenciales, senadurías, diputaciones, gobernaciones y juntas departamentales para las 17 regiones del país. De estas once candidaturas presidenciales, son cuatro las que tienen fuerzas para disputar en el escenario electoral; las demás apenas son visibles para nombrarlas, muchas de ellas son tan desconocidas que no se encuentran explicaciones políticas razonables para justificarlas. Una apresurada razón podría ser que en algunos espacios de poder buscan dispersar los votos de la ciudadanía, con el fin de no cambiar nada en el próximo periodo; también se podría decir que ninguna de las candidaturas ofrece propuestas interesantes, pero ello supondría que se cuenta con una fuerza ciudadana fortalecida que puede emitir su voto consciente, y esta suposición es difícil de sostener.

 Las cuatro candidaturas que pugnan por la presidencia y vicepresidencia de la república

Cinco partidos de la oposición al partido de gobierno, la Asociación Nacional Republicana (ANR – Partido Colorado, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Partido Revolucionario Febrerista (PRF), Partido Frente Amplio, Partido Democrática Cristiano (PDC) y Partido Patria Querida (PPQ) aglutinados en la Concertación para un nuevo Paraguay[1] y tienen al liberal Efraín Alegre como candidato presidencial junto a Soledad Núñez, como candidata a la vicepresidencia.

En tanto, el partido en función de gobierno, la Asociación Nacional Republicana (ANR – Partido Colorado) eligió a Santiago Pena –del movimiento interno liderado por Horacio Cartes– como candidato a la presidencia de la república, y que derrotó a Arnoldo Wiens, candidato del movimiento interno liderado por el actual presidente de la república, Mario Abdo Benítez. Además, en estas elecciones la ANR también eligió a Horacio Cartes[2] como presidente del Partido. No se puede decir que el resultado en la ANR sorprendiera, pero siempre será una nota llamativa el peso de la cultura política donde pesa más el color, la tradición, el caudillismo, el poder feudal y sobre todo el poder económico de un jefe político como Horacio Cartes, líder del movimiento interno que salió victorioso en las internas partidarias. Ciertamente, del otro lado de la carpa, el movimiento liderado por el actual presidente de la república, también tuvo como candidato presidencial a otro “significativamente corrupto, Hugo Velázquez que además es el actual vicepresidente de la república, pero que tuvo que renunciar a su aspiración de ser candidato a presidente de la república cuando le calificaron como tal[3].

La tercera candidatura es la de Euclides Acevedo y Jorge Querey, el primero conocido político paraguayo que fue ministro del gobierno de Abdo hasta hace poco tiempo; en tanto Querey es uno de los líderes del Frente Guasu, espacio que aglutina principalmente a partidos de izquierda y que además tiene el liderazgo de Fernando Lugo, presidente de la república en el periodo 2008 – 2012[4].

Y la otra candidatura que está entre las cuatro más visibles y que aglutina cierto porcentaje de simpatía ciudadana es de Paraguayo Cubas, de origen colorado[5] y hoy candidato presidencial por el Partido Cruzada Nacional que él creó hace pocos años atrás.

 

El 30 de abril de 2023 serán las elecciones. ¿Se puede hacer pronósticos?

Hacer pronósticos electorales es muy difícil, muy incierto, más aún con la experiencia del año 2018 cuando empresas encuestadoras vendidas a un partido daban márgenes de triunfo arrolladores (de 30% de diferencia en algunos casos) que logró, por un lado, que mucha gente decidiera no ir a votar ese día; la participación fue del 61,41%[6], en comparación al 68,52% de participación en 2013 y por el otro, los resultados fueron de apenas 3,6% a favor del candidato colorado. Sin embargo, hay algunas pistas que podrían indicar las posibilidades de unos y otros.

En el partido Colorado las aguas no están quietas. Por un lado, la confrontación de estos dos movimientos internos es grande, pero la historia recuerda que aún con grandes odios en el medio, siempre llegaba a las elecciones con el “abrazo republicano” y se lograba cumplir con su histórico lema de “Todos somos 1”, en referencia al número asignado al partido. Pero, al menos hasta febrero de 2023, esa unidad para las elecciones es aún débil, aunque el partido tiene un problema mayor: no cuenta aún con recursos económicos para enfrentar los ingentes gastos que le demanda la maquinaria electoral colorada: operadores políticos que necesitan contar con dinero en efectivo para movilizar a los votantes en los más de 250 distritos de todo el país[7].

El motivo principal de esta dificultad económica es que el presidente del partido, Horacio Cartes, es el único que puede firmar los cheques y operar financieramente a nombre y representación del partido, y con la sanción de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que se anunció el 26 de enero de 2023, Cartes está impedido de operar con bancos y financieras[8], y los estatutos partidarios del partido no indican cómo y a quién se puede trasladar esta función con el impedimento a Cartes. Según informaciones publicadas, el partido precisa de unos 37 mil millones de guaraníes (aprox. 5 millones ciento treinta mil dólares) para la cobertura de gastos de las elecciones.

Con respecto a la Concertación, aunque es la mejor posicionada entre las otras tres opciones no coloradas, para distintos sectores, principalmente quienes apuestan a propuestas progresistas e incluso de izquierda, el candidato Alegre no representa posibilidades reales de realizar cambios sociales que beneficien a la mayor parte de la población en situación de vulneración económica. Y con respecto al candidato del Frente Guasu, más alineado a las ideas de izquierda, los resultados de otras elecciones indican que no ha logrado votaciones beneficiosas como para pensar que solo, sin la fuerza de otros partidos de la oposición, principalmente del PLRA, segunda fuerza electoral del país, pueda aunar fuerzas como para llegar al poder.

En síntesis, el escenario electoral actual muestra que la imposibilidad (¿desinteligencia política?) de tener un solo candidato que enfrente al partido centenario en el poder del gobierno hace difícil la derrota colorada; para ganarle a los colorados se necesita unidad opositora. Sin embargo, cabe una esperanza: en estas elecciones, que cuenta con un 37% más de votantes que en la anterior elección de 2013[9], se tiene que alrededor el 30% de votantes está en la franja de 18 a 29 años de edad, y se espera que el voto que emitan sea un voto “consciente” que busca el cambio para mejor en el país.

Las mujeres: Pocas candidaturas con posibilidades, pocos empleos y mucha violencia de género

La situación actual para las mujeres y las niñas en el Paraguay no refleja la intención de cumplir los compromisos del Estado paraguayo según los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), especialmente el 5 que es lograr la igualdad entre los géneros y empoderamiento de mujeres y niñas.

El escenario de los últimos años no viene siendo nada favorable para las mujeres y el ejercicio de sus derechos, al contrario, se vuelve cada vez más difícil conforme avanzan las fuerzas conservadoras y sus discursos anti derechos en los diferentes ámbitos de la sociedad y sobre todo ganando espacios de poder en el Estado. Lo bueno es que, simultáneamente surgen también en la sociedad organizaciones feministas: de jóvenes, universitarias y no, asociaciones de mujeres profesionales, de mujeres indígenas, de sectores de la comunidad TLGBIQ+, que promueven la igualdad de género.  Décadas atrás eran contadas las organizaciones feministas, localizadas todas en la ciudad de Asunción (capital del país), solíamos decir que nos conocíamos todas. Hoy no. Hay muchas nuevas organizaciones feministas[10] si bien no en todo el país, al menos en las principales ciudades: Encarnación, Ciudad del Este, Coronel Oviedo, etc. Este crecimiento feminista, con el transcurrir del tiempo puede aportar a cambios culturales que se precisan para contrarrestar la baja participación política, la alta carga de mujeres en los trabajos de cuidado y domésticos y sobre todo a contrarrestar los altos índices de violencia que sufren principalmente niñas y mujeres.

 

En términos de su participación política, las mujeres candidatas en estas elecciones nacionales llegaron al 33% del total de candidaturas, menor que en las elecciones de 2018, donde se alcanzó 39% [11]. Este porcentaje se distribuye de la siguiente manera, según los cargos aspirados:

Estos porcentajes no son para nada auspiciosos si se piensa en la necesidad de cambiar el panorama para las mujeres en cuanto a su derecho de decidir también junto a los hombres sobre la cosa pública, y muy lejos de la aspiración a la paridad política. La participación efectiva de las elecciones nacionales ni siquiera logrado llegar al porcentaje de participación que se estableció en 1996 en la ley de la cuota de participación de al menos el 20% en las elecciones internas. Y por supuesto, en los cargos uninominales el acceso de mujeres es nula. No se ha tenido hasta ahora presidenta ni gobernadora, tal como se ve en el siguiente gráfico:[12]

En cuanto a la autonomía económica de las mujeres, también la situación guarda brechas amplias en comparación a los hombres con respecto a poder acceder a empleos de calidad, con beneficios sociales, cobertura social y jubilación, etc. Con la pandemia, fueron las mujeres las que más resintieron la pérdida de empleos, junto a la imposibilidad de compatibilizar trabajo remunerado y cuidados en la familia, uno de los factores principales por los cuales, las mujeres solo representan el 59,8% de la fuerza de trabajo y están ocupadas el 54,2%, siendo la principal ocupación el trabajo autónomo, por cuenta propia que, como se sabe, en general es un tipo de trabajo más precarizado y sin mucha posibilidad de acceso a una jubilación cuando se llegue a una edad adulta mayor. El promedio de ingreso mensual (aproximadamente 300 dólares) de las mujeres que trabajan de forma remunerada es de un 15 a 20% menos al del ingreso promedio mensual de los varones y no representa siquiera el monto del salario mínimo[13].

 

En este contexto de alta precarización en distintos aspectos de la población mayoritaria del Paraguay, y en especial de las mujeres –que llegan a ser jefas de hogar en casi 40% de los casos– lo que significa tener toda la carga económica que representa la familia, hijas, hijos y otros integrantes, se registra un ambiente donde la violencia basada en género crece día a día. Las denuncias de violencia familiar que en el año 2020 era de 70 casos al día en promedio, en el año 2022 creció a casi 85 casos por día. Esta situación se da en un marco de deficiencia de las políticas públicas que deben garantizar la prevención, atención y protección a las mujeres y niñas según manda la ley de protección integral a las mujeres contra toda forma de violencia. La falta de protección a las mujeres que sufren violencia familiar (principalmente por parte de su pareja) tiene su correlato en el feminicidio donde más del 80% de los asesinos fueron o son pareja de la mujer.  En el año 2022 hubo 40 feminicidios denunciados en el Paraguay.

Finalmente: Una mirada de género a las propuestas de los presidenciales

No hay dudas de que quienes aspiramos a una sociedad democrática, justa e igualitaria queremos un cambio el próximo 30 de abril. Queremos que ese partido ya casi centenario en el poder del Estado, nos deje de gobernar.  Apostamos a que otros candidatos puedan tener la oportunidad de mejorar el Paraguay y promover reales cambios en la situación de desigualdad, violencia y discriminación que afecta a sectores empobrecidos de la población y principalmente a mujeres y niñas.

Sin embargo, entre las propuestas de los candidatos casi no se ve el reconocimiento de la desigualdad de género como un elemento central para combatir los problemas existentes: falta de ingreso para mujeres, violencia, acceso a cargos de decisión, etc. No se plantean cambios radicales en esos términos.

Y sí es preocupante que algunos temas centrales no estén siquiera mencionados, como la educación integral de la sexualidad en el ámbito educativo, el debate sobre el aborto y la paridad para la participación de mujeres en el ámbito público.

 

Paraguay, marzo de 2023

 

 

Referencias:

[1] La Concertación se conformó el año pasado con una veintena de partidos y movimientos sociales como una fuerza común para enfrentar al partido Colorado, pero no pudo sostenerse como única opción, quedando solo cinco partidos  (y solo el PLRA y PPQ tienen representación parlamentaria, los demás no han tenido participación en el Poder Legislativo en los últimos 25 años); aunque la alianza para la chapa presidencial está apoyada por varios partidos pequeños, principalmente de fuerzas de la izquierda.

[2] Horacio Cartes, conocido empresario. Fue presidente de la república en el periodo 2013 – 2018 y hace poco fue calificado como “significativamente corrupto” por los EE UU.

[3] Escribir sobre este tema es engorroso y complejo. Al momento de recibir la sanción de EE UU, Velázquez, actualmente vicepresidente de la república, era también candidato presidencial por el movimiento interno Añetete (el verdadero, el original) liderado por Mario Abdo y oponente principal del movimiento Honor Colorado, liderado por Cartes. La calificación de corrupto le hizo renunciar a Velázquez de sus aspiraciones presidenciales, pero no a Cartes que logró ser electo presidente del partido Colorado.

[4] Lugo fue el candidato de una alianza entre el PLRA y los partidos de izquierda del Frente Guasu que logró derrotar al Partido Colorado por primera vez en 70 años. Lastimosamente para quienes aspiramos a un país democrático, progresista e igualitario, Lugo fue derrocado por un golpe parlamentario un año antes de terminar su mandato.

[5] Cubas fue legislador del partido Colorado en otros periodos, pero después de alejó para formar un partido populista, autoritario y con un discurso locuaz y temerario que ha logrado tener el respaldo de mucha gente cansada de las mentiras de quienes ejercen la política en los distintos espacios de poder solo para beneficio propio. En este periodo parlamentario (2018 – 2023) fue electo senador por su partido, pero perdió su investidura y fue expulsado por el Congreso en 2019.

[6]Fuente: https://tsje.gov.py/static/galeria/contenido/2020/marzo/Memoria_y_Estadistica_Electoral_Elecciones_Generales_2018.pdf

 

[7] Este gasto en los operadores políticos incluye los pagos por distintas prácticas electorales como compra de votos, entre muchas otras acciones que atentaron siempre contra elecciones transparentes y el ejercicio libre del sufragio.

[8] La medida de la OFAC implica que “todas las propiedades e intereses en posesión de las personas descritas anteriormente que se encuentran en los Estados Unidos o en posesión o control de personas estadounidenses, están bloqueadas y deben ser reportadas a la OFAC. Además, también se bloquea cualquier entidad que sea propiedad, directa o indirecta, individualmente o en conjunto, en un 50 por ciento o más, de una o más de las personas bloqueadas. A menos que esté autorizado por una licencia general o específica emitida por la OFAC, o que esté exento de otro modo; las reglamentaciones de la OFAC generalmente prohíben todas las transacciones realizadas por personas estadounidenses, o dentro (o en tránsito) de los Estados Unidos que involucren cualquier propiedad o interés en la posesión de las personas designadas o bloqueadas de algún modo. Las prohibiciones incluyen la realización de cualquier contribución o provisión de fondos, bienes o servicios por, para o en beneficio de cualquier persona designada, o la recepción de cualquier contribución o provisión de fondos, bienes o servicios de dicha persona”. Fuente: https://www.state.gov/departamento-del-tesoro-de-ee-uu-sanciona-a-expresidente-y-el-actual-vicepresidente-de-paraguay-por-corrupcion/

 

[9]Desde 2012, la inscripción al padrón electoral es de manera automática al cumplir 18 años de edad. Fuente: https://tsje.gov.py/noticias/leer/9484-mas-de-1-450-000-jovenes-estan-habilitados-para-votar-en-las-elecciones-municipales.html

[10] Algunas de estas organizaciones son: Kuña Poty (Ciudad del Este), Kuña Mbareté (Coronel Oviedo), Kuña Sorora (Asunción-Central), Kuña Katupyry, MIPY (Mujeres Indígenas del Paraguay), Kuña Guaraní Aty (Mujeres Indígenas Guaraní). Kuña Roga (1998) de Encarnación es la primera organización feminista fuera de Asunción.

[11]Fuente: https://www.lanacion.com.py/politica/2023/03/26/el-33-de-candidaturas-para-las-elecciones-generales-corresponde-a-mujeres-segun-el-tsje/

[12]Fuente:https://www.cird.org.py/wp-content/uploads/2020/07/Presentaci%C3%B3n-Linea-del-Tiempo.pdf

 

[13] Fuente: Datos basados en la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) del Instituto Nacional de Estadística (INE – Paraguay). Disponible en: https://www.ine.gov.py/news/news-contenido.php?cod-news=1038

 


  • 07 May 2022

  • 29 Sep 2021

En Paraguay el aborto está penalizado (con algunas excepciones casi inaplicables), pero ello no impide la interrupción voluntaria de embarazos no deseados realizada en modalidades diversas; por un lado, en sanatorios privados con todos los requerimientos médicos necesarios, y por el otro en lugares improvisados, en clínicas que no reúnen las condiciones exigidas, o realizadas por las mismas mujeres recurriendo a métodos variados para interrumpir el embarazo, incluso bajo riesgo de vida[1]. Es así que la penalización no impide los abortos[2], solo amplía las brechas de la desigualdad socioeconómica entre mujeres, las empobrecidas, con bajos niveles de instrucción, que viven en áreas populares o rurales y mujeres que han tenido mejores oportunidades de educación y acceso a empleos de mayor calidad, y por tanto a mayores recursos económicos.

Hasta hace unas décadas atrás, el aborto todavía se veía como un pecado, un mal que marca la vida de las mujeres. En los pueblos y zonas rurales es costumbre contar con leyendas de ánimas que no tienen el descanso eterno por haber perdido sus vidas en una situación de aborto, y a quienes se las llamaba “almas en pena”. Hablar de aborto era tabú en los hogares, aun cuando la historia familiar registrara alguno que otro caso relacionado a ello; lo más probable es que casi todas las que hoy militamos en el feminismo tengamos abuelas, tías, madres o amigas que no pudieron sobrevivir a un aborto.

Hoy, en la segunda década del siglo XXI el panorama ha cambiado radicalmente. Hablar de aborto trae aparejado el debate sobre el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestros proyectos de vida, a pesar de que su práctica continúa siendo penalizada. Este cambio en el abordaje del derecho a decidir en comparación a la culpa y al estigma asociados al aborto, ha sido posible mediante la lucha feminista por los derechos sexuales y los derechos reproductivos en la región, que hoy tiene como principales protagonistas a las jóvenes (¡¡y también muchos varones!!) que enarbolan la bandera de la despenalización / legalización del aborto en toda la región, y también en Paraguay[3]; es una lucha que hoy tiene gran visibilidad pero no nació ayer, sino hace ya varias décadas atrás. Hay una memoria que hay que rescatar, y aquí va un retazo de ella.

 

Voces aisladas antes de que aterrice la Campaña 28 de Septiembre en Paraguay

La Campaña 28 de Septiembre Por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe se instaló en el marco del V Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe realizado en 1990, en San Bernardo, Argentina, a propuesta de la delegación de feministas brasileñas “para rescatar el 28 de septiembre de 1888, cuando en Brasil se declaró la libertad de vientres, asegurando la libertad de todos los hijos (as) nacidos de mujeres esclavas”[4]; aunque recién nueve años después la Campaña 28S aterrizó en Paraguay, cuando la Coordinación de Mujeres del Paraguay (CMP), a la que se sumaron diversas redes y articulaciones, decidió formar parte de ella.[5]

Pero años antes, fue el Colectivo 25 de Noviembre (integrante de la CMP), la organización que en 1999 conmemoró por primera vez el 28 de septiembre con una pequeña acción realizada en el Panteón Nacional de los Héroes[6];  “no se pensaba en un acto masivo, pues la idea era realizar un acto sencillo como ubicarse en un lugar estratégico donde pasara gente a la hora que saliera del trabajo, encender velas y poner flores en memoria de tantas mujeres muertas por haberse practicado un aborto”[7]. Eran tiempos de mucho ostracismo para quienes osaban hablar de aborto; recuerdo que había apenas dos o tres feministas que se animaban a hablar públicamente del tema. Sin embargo, las reflexiones y debates internos se daban entre pequeños grupos feministas y se iba acrecentando la fuerza de las mujeres para posicionar en la agenda pública el problema de la penalización del aborto en el país.

El inicio del siglo XXI abrió más puertas para el abordaje público del aborto como derecho en el Paraguay. El 28 de septiembre de 2000, el Colectivo 25 de Noviembre volvió a convocar a una acción pública con un manifiesto llamado “Las mujeres no abortan solas”, que repartieron en el Palacio de Justicia de Asunción, capital del país, y los medios masivos de comunicación ocuparon páginas en la prensa y tiempo en radio y televisión para informar sobre la conmemoración de la fecha; se empezaba a hablar más abiertamente del aborto:

“De a poco el Paraguay se va desperezando de esa especie de modorra que le suele atacar cuando se trata de abordar temas espinosos, de ésos que sin lugar a dudas convocarán al desentendimiento, el conflicto y la ‘desunión de la familia paraguaya’. Más allá de estas viejas fórmulas de una acartonada identidad nacional que tiene como referente principal a una supuesta uniformidad de pensamiento y de propósitos, surgen notas que primero suenan discordantes, pero que en un proceso casi imperceptible van cambiando lentamente la melodía.

Algo así parece que empieza a suceder con el tema del aborto y su despenalización, un asunto que hace una década podíamos señalar como un tema nunca antes debatido, recibido como tabú en las más diversas instancias de la sociedad y hasta hoy en día al menos considerado como demanda de varios sectores de mujeres y feministas […][8].

El año 2001, después de la participación de mujeres paraguayas en el encuentro “Aborto en América Latina y el Caribe. Derechos de las mujeres frente a la coyuntura mundial”, que se realizó en Río de Janeiro y donde fueron invitadas a formar parte de la Campaña 28 de Septiembre, la CMP asumió la coordinación del punto focal de la Campaña y a partir de ese momento se trabajó en posicionar el aborto en la agenda pública, contando para ello con “una estrategia de incidencia en medios de comunicación, con resultados positivos, además de un taller interno sobre las implicaciones médicas y legales del aborto en Paraguay”[9]

En 2004 se preparó una semana de actividades por la despenalización del aborto, mostrando así un rotundo avance en la visibilización del problema, bajo el lema “Por la vida de las mujeres, hablemos de aborto”. En ese marco se instalaron numerosos espacios para hablar, reflexionar y debatir desde una perspectiva de derechos. Las denominaciones de los distintos paneles y debates realizados mostraban las ganas de hacer crecer la Campaña y poder llegar a sensibilizar a distintos grupos de personas y en distintos ámbitos de la sociedad: “Hasta dónde lo legal es justo?”; “Aborto, penalización y medios de comunicación”; “Aborto: una realidad, rompamos el silencio”; “Aborto: aspectos médico-legales”; “La penalización del aborto: un problema para las mujeres, para la salud pública y para la sociedad paraguaya”, buscando romper con esa historia de silencios, discriminaciones y desigualdades.

 

Del pañuelo fucsia al pañuelo verde: hacia una identidad feminista regional

En 2010, en el marco del Foro Social de las Américas (FSA) realizado en agosto en Asunción del Paraguay, la Campaña 28 de Septiembre marcó un hito en la lucha por la despenalización del aborto al incluir en la Agenda del FSA varias acciones colectivas referidas al tema y con participación de mujeres de diversos sectores –especialmente campesinas, quienes hasta entonces, tenían miedo de hablar públicamente del tema–; y para identificar nuestra lucha decidimos usar el pañuelo fucsia[10] (el verde todavía no era un símbolo feminista aglutinador como lo es ahora). Con la inscripción “Aborto legal ya por la vida de las mujeres”, el pañuelo fucsia pasó a formar parte de nuestro atuendo feminista en el FSA. Sin embargo, su uso no fue continuo y no se pudo mantener como símbolo de la lucha por la despenalización del aborto en Paraguay.

La identidad se construye colectivamente y eso es lo que pasó con el pañuelo verde, que se constituyó en un símbolo feminista en toda la región latinoamericana en los últimos años, coincidentemente con las grandes movilizaciones feministas en más de 140 ciudades del mundo entero el 8 de marzo de 2017.  Es así que en Paraguay, la Campaña 28 de Septiembre también se tiñó de verde y se van sumando las voces, pero con un lema propio: “Che rete, che mba’e” (“mi cuerpo es mío”, en idioma guaraní). Transcurrieron veinte años para que el aborto deje de ser tabú y esté entre las primeras demandas de la agenda feminista. ¡Ahora vamos por la ley para despenalizarlo!

 


*Este artículo se escribió en junio de 2021 para ser publicado en la Revista Retazos, Memorias Feministas, elaborado por el Grupo de Trabajo CLACSO, Memorias y feminismos.

[1] El aborto es la segunda causa de mortalidad de mujeres en Paraguay, y sería la primera si se agruparan bajo él otras causas, como la septicemia y hemorragias que, muchas veces son consecuencia de abortos realizado en malas condiciones.

[2] En 1997 se modificó el Código Penal que estaba vigente desde 1914, pero no incluyó ningún cambio en el artículo sobre aborto; en el contexto del estudio de modificaciones de dicho cuerpo legal, una de las principales activistas por el derecho al aborto en Paraguay decía:  “Todo el mundo sabe que la legislación penalizadora no es más que la cruel hipocresía de una sociedad que manda a prisión a sus integrantes más indefensos, ya que no irán a la cárcel personas pudientes que pueden lograr un aborto en condiciones seguras y sin que nadie se entere. Tenemos una ley que acalla conciencias cristianas que pocas veces se preocupan de proteger a jóvenes discriminadas por ser madres solteras” (Soto, Clyde 1996 “A pasos de una nueva ley penal” en Informativo Mujer.  Asunción, Año 8, núm 94, setiembre 1996).

[3] En junio de 2019, estando en Buenos Aires para otra actividad, tuve la oportunidad de estar ese día histórico en que las plazas aledañas al Congreso se tiñeron de verde y quedé sorprendida al ver que una gran parte de las manifestantes eran adolescentes y jóvenes. A pesar del mal tiempo y el frío tenaz estuvieron más de 24 horas reclamando la aprobación de la ley de despenalización del aborto con cánticos, pintatas, discursos y por supuesto, con el pañuelo verde como parte de su vestimenta. Fue una gran manifestación feminista por el derecho a decidir, a pesar de que ese día no se logró la aprobación de la ley.

[4] Presentación de la Campaña en https://www.facebook.com/groups/134032276622277/about

[5] Actualmente integran el Punto Focal Paraguay de  la Campaña 28 de Septiembre numerosas organizaciones de mujeres de distintos sectores (campesinos, populares, urbanos, estudiantiles, indígenas).

[6] El Panteón de los Héroes es un lugar emblemático para las expresiones sociales y ciudadanas en Paraguay. Allí se concentra la gente para celebrar el triunfo de la albirroja (por ejemplo, el equipo de fútbol) o cuando la ciudadanía se manifiesta contra el gobierno, o cuando se celebra grandes acontecimientos, como la caída del dictador Alfredo Stroessner (1989). También es el lugar donde las feministas nos hemos expresado en distintas manifestaciones. Es sin dudas, un lugar de memorias, como lo conceptualizó Pierre Nora al referirse al “conjunto de lugares donde se ancla, condensa, cristaliza, refugia y expresa la memoria colectiva” (Citado por Eugenia Allier Montaño en “Los lieux de mémorie: una respuesta historiográfica para el análisis de la memoria” 2008 Historia y Grafía, núm. 31, 2008 pp. 165 – 192. Disponible en https://www.redalyc.org/pdf/589/58922941007.pdf

[7] Román, María Liz 1999 “Por la despenalización del aborto” en Informativo Mujer.  Asunción, núm. 127, setiembre 1999).

[8] Soto, Clyde 2000, “Sociedades abortivas” en Informativo Mujer.  Asunción. Año 12, núm. 139, setiembre 2000.

[9] Thiede Arias, Carolina 2004 “De frente por la despenalización” en en Informativo Mujer.  Asunción. Año 16, núm. 171, setiembre/octubre 2004.

[10]Karina Felitti y María del Rosario Ramírez Morales nos cuentan el origen de los pañuelos verdes: “Este símbolo, heredero del pañuelo blanco que distingue a las Madres de Plaza de Mayo, esas mujeres que en abril de 1977 se organizaron para reclamar información sobre el paradero de sus hijos e hijas detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado en Argentina, fue propuesto por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito -en adelante, ‘la Campaña’- que fue lanzada el 28 de mayo de 2005”. En: “Pañuelos verdes por el aborto legal: historia, significados y circulaciones en Argentina y México”. Realidades socioculturales, Vol3 núm.5, 2020. https://encartes.mx/felitti-ramirez-panuelos-verdes-aborto-argentina-mexico/


  • 20 Ago 2021

Suele ser común decirle “no seas talibán” a alguien que tiene una posición cerrada y fundamentalista sobre determinados temas.

En estos días la noticia de la toma del poder de Afganistán por grupos talibanes recorre el mundo; un informe de UNICEF de hace unos años decía que éste era “el peor lugar del mundo para nacer”, por los altos niveles de pobreza, miseria, violencia, abusos sexuales y matrimonios forzados de niñas, mortalidad de mujeres por maternidad, mortalidad infantil y muchas otras tragedias cotidianas que atentan contra los derechos humanos de la población, en general, y de mujeres y niñas en particular.

Ni me animo a opinar siquiera de la cuestión política de un mundo que no conozco y menos del islamismo, pero traigo a colación el tema para abordar la cuestión patriarcal, el sistema de dominación masculina y sometimiento de niñas y mujeres al poder de los varones, que son los patriarcas, los jefes, los que mandan en el ámbito familiar, en la sociedad y en el Estado; eso es un sistema patriarcal. Ser talibán es una exacta descripción del ser patriarcal.

Los diarios del mundo informan sobre el terror que ha caído sobre mujeres y niñas en Afganistán, y por el peligro inminente de la pérdida de derechos y algunas libertades que fueron conquistando las mujeres: poder estudiar, trabajar, participar en el ámbito público, tener cierta independencia y autonomía económica, tener derecho a elegir cómo vestirse, maquillarse, etc.

¿Por qué el miedo? Porque por poner un ejemplo en su transcurso histórico, los cinco años que estuvieron grupos talibanes en el poder político (1996 – 2001) hubo importantes retrocesos en el ejercicio de sus derechos; niñas y mujeres fueron sometidas a situaciones de opresión, humillaciones y violencia por ser mujeres, desigualdad de género de dimensiones intolerables en este siglo XXI; para los talibanes las mujeres son seres inferiores que solo existen en tanto y en cuanto hermanas, hijas, esposas, que están a total servicio de los varones, servicios domésticos, de cuidados y sexuales. El “che serviha” como se dice en idioma guaraní.

Pero ¿por qué hablar de ellos si estamos a miles de kilómetros, tienen otras culturas, otras historias, otras prácticas políticas? Porque esta idea de sometimiento, desvalorización e inferioridad de las mujeres siempre estuvo presente en la base de la mayoría de las religiones, no solo del islamismo.

¿Acaso la Iglesia Católica –y muchas otras iglesias también–no mantiene muchas de estas prácticas de sometimiento e inferioridad hacia las mujeres? No admiten curas ni sacerdotes mujeres, las monjas son “hijas de Cristo” y dentro de estas instituciones religiosas existen diversos grupos conservadores que afirman que las mujeres tienen solo un rol principal que cumplir: ser madres, hijas y esposas, no tienen derecho al placer de su sexualidad, y además tienen que mantenerse castas y puras para un solo hombre.  No quieren que niñas, niños y adolescentes accedan a una educación integral de la sexualidad en los ámbitos escolares, no admiten la diversidad de las expresiones sexuales y la pluralidad de las personas, y piensan que las familias son tales solo si existe “papá y mamá”; si no es así, las personas que no tienen “una familia bien constituida” son de calidad inferior, y no admiten ninguno de los diversos modos de conformación familiar que existen.

Claro que todas las personas tenemos todo el derecho del mundo a profesar las creencias de nuestra elección. ¿Cómo podemos afirmar que tal o cual forma de vida es la mejor, que tal religión es la verdadera, o que el no creer en ningún Dios es la verdad? No hay filosofía que dé respuestas certeras. Pensar en la vida interior, reflexiva, del alma, del espíritu desde la perspectiva que una quiera, es un derecho vital de todas las personas.

Cada quien tiene la elección de asumir cómo vivir, cómo pensar, en qué creer, a qué aferrarse. Sin embargo, los derechos de las personas deben estar por encima de toda creencia o religión; por eso es indispensable la vigencia plena de un Estado laico, es decir, un Estado que garantiza estos derechos desde las perspectivas de igualdad, étnica e interculturalidad, intergeneracionalidad, diversidad sexual, etc. Es eso lo que reclamamos quienes luchamos por una sociedad igualitaria y justa: que todas las personas podamos acceder a todos los derechos y nuestra consigna es: todos los derechos para todas las personas sin ningún tipo de discriminación, tal como establece la Constitución de la República del Paraguay.


  • 08 Oct 2017

Los grupos que dicen estar en contra de la ideología de género son de sectores religiosos.

Me parece que tienen que leer mejor los mandatos de sus líderes. Porque, por ejemplo, los/las católicos/as no deberían desconocer que el padre (o al menos, uno de ellos), el creador de la ideología de género, es el anterior Papa Joseph Ratzinger quien el 31 de mayo de 2004 escribió una carta sobre la ideología de género.

¡Tienen que leerlo! Allí verán que el punto central de Ratzinger es que quiere que los hombres y la sociedad continúen oprimiendo a las mujeres; que las mujeres debemos continuar siendo sumisas y obedientes, que nuestra vida no nos pertenece… y así, muchas más ideas referidas a la opresión a las mujeres.

Vean, lean esa carta y después, aclaren sus argumentos. No anden con rodeos, asuman que en realidad lo que les disgusta es la IGUALDAD DE GÉNERO. La ideología de género no ha sido creación de las feministas ni de las personas LGBTI sino del que fuera Jefe de la Iglesia Católica hasta hace poco. La IDEOLOGÍA DE GÉNERO es el discurso de la discriminación, de la desigualdad, de la opresión femenina y se basa en ideas medievales.

¿Dónde pueden leer esa carta? Aquí, en la web del Vaticano.


  • 15 Sep 2017

La toma del local de la Universidad Católica de Asunción (UCA) por estudiantes de Filosofía ayer tomó ribetes de violencia, cuando un grupo grande de estudiantes de Derecho entraron a la fuerza al recinto con la finalidad de “apropiarnos de nuestro lugar de estudios”, es decir, también fueron a la toma de la universidad pero con el fin de tener clases. Es decir, ayer hubo dos tomas; cada una con reivindicaciones distintas; por un lado, quienes estaban hacía ya 45 días en paro y con toma del edificio, con una serie de reclamos (reposición del decano, revisión de los estatutos, asuntos laborales del funcionariado, etc.), y por otro la de los estudiantes de Derecho que querían tener clases porque para eso “yo pago por mis derechos”. Es ésta la frase escuchada entre tantas que me llevó a pensar que sí, que efectivamente en Paraguay se compran los derechos.

Si partimos del concepto de derecho como marco normativo que rige en una sociedad, es decir, el conjunto de leyes en el marco de las leyes en el cual convivimos, podríamos decir que no es posible comprar derechos porque existen garantías constitucionales de igualdad de las personas ante la ley; en efecto, la ley debe aplicarse para garantizar los derechos de los empobrecidos, de ricos, de campesinos y empresarios agrícolas, de indígenas, de mujeres, de hombres.

Así, según la ley, si somos iguales ante la ley, no podemos comprar derechos. En Paraguay sí se compran los derechos, de muchas formas. Por ejemplo, en el acceso a la justicia. La gente con recursos económicos logra todo de un plumazo; la gente sin recursos, puede estar gestionando años, que no pasará nada. Incluso, ocurre que aunque la ley disponga que una persona debe guardar reclusión por x motivo, si hay plata logran la prisión domiciliaria, la exención de la pena, etc. (ni siquiera menciono los hechos en los cuales se compran jueces y abogados para inclinar la balanza a favor de quien ha tenido dinero para coimear, aceitar o pagar influencias), en tanto las cárceles están llenas de personas que no tienen dinero para pagar un abogado que les haga un seguimiento de su caso, porque los defensores públicos no dan abasto.

Volviendo a los estudiantes de Derecho que compran su derecho a estudiar… Dicen que para eso están en una universidad privada, para tener garantizado ese derecho, y que “los zurdos, marihuaneros, haraganes de Filosofía vayan a hacer huelga en la universidad nacional”. Detrás de estas afirmaciones subyace la idea de que hay niveles de acceso a los derechos, algo así como “más plata, más derechos”. Si no tenés plata para estudiar no te queda otra que ir a escuelas, colegios y universidades públicas. Y si estás en una institución privada tenés que acatar todas las reglas del “empresario” (en este caso, la Iglesia Católica), aunque ello implique recibir una educación “precaria, mercantilista, sin impulso a la investigación y la extensión, despreocupación de los estudiantes, con docentes no profesionalizados”, tal como describen estudiantes de Filosofía de la UCA como motivos de la toma de la universidad.
Pienso también que los empresarios agrícolas compran su derecho a producir la tierra; así, compran o alquilan tierra para explotarla, sobre todo con el monocultivo (la soja); en tanto los campesinos no tienen plata para comprar, por tanto, no tienen derecho a cultivar la tierra, tan siquiera para la producción familiar.

Pienso también que niñas y niños con alguna discapacidad que no pueden ingresar a escuelas o colegios públicos a pesar de que existe la obligatoriedad de la inclusión; entonces, si podes pagar, llevale a tu hija o hijo a un colegio privado “especial”; porque eso sí… en este caso si le llevas a un colegio privado “normal”, te vas a encontrar con que padres y madres exigen que no se matricule a niñas y niños “especiales” porque “para eso pagamos los padres, para que nuestros hijos no sean molestados por los “anormales”.

En fin, hay muchos, miles de ejemplos de cómo comprar derechos… Eso sí, no estamos hablando de derechos humanos, porque “éstos solo protegen a delincuentes”.
Porque es así en Paraguay. Los derechos humanos no se respetan, no se cumplen. Así de sencillo.

Asunción, 15 de septiembre de 2017
Foto: Myrian González Vera


  • 02 Abr 2017

 

Tomo prestado el título de una novela de Gabriel García Márquez, porque lo que pasó anoche y las primeras horas de hoy, 1 de abril en Asunción (1), tiene algunas similitudes con lo que cuenta esta novela en el sentido de que los personajes sabían que habría un asesinato pero no hicieron nada por evitarlo; pero además porque pareciera que este escritor brillante (para mí) se haya inspirado en nuestro país para recorrer su pluma y juntar letras que se vuelven literatura, realismo mágico. Así como increíble es el realismo paraguayo.

Primera parte: Los hechos

Las primeras horas de este 1 de abril cerraron el primer capítulo de una grave conmoción política en Paraguay –que no sabemos cómo ni cuándo terminará–, con el asesinato, mejor dicho, ejecución, de un joven de 25 años, aparentemente en manos de la policía y en el mismísimo local del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), en Asunción. Es una historia triste, dolorosa, que se inició mucho antes, en la tarde del 31 de marzo, aunque tenga su origen mucho más atrás en el tiempo (o al menos al 25 de agosto de 2016). La causa: las ansias por un poder desmedido, sin límites, de dos presidentes de la república: Fernando Lugo (2008- 2012) y Horacio Cartes (2013-2018). Aquí va la crónica que no pretende ser un análisis político de la situación (ya especialistas harán lo suyo), sino más bien un sintético relato con los hechos más relevantes que llevaron a esta tragedia.

El primer hecho: el lunes 27 de marzo un grupo de senadores, 25 en total, de los partidos Colorado (Asociación Nacional Republicano – ANR), Liberal Radical Auténtico (PLRA) y del Frente Guasu presentan una nota al presidente del Congreso solicitando una sesión extraordinaria del Senado para el martes 28 con el fin de tratar la modificación de algunos artículos del reglamento interno con el fin de lograr lo que hace ya mucho tiempo querían: volver a incluir un proyecto de enmienda constitucional para que un referéndum avale la reelección presidencial, lo que habilitaría a Lugo y Cartes para pujar como candidatos en las elecciones generales de 2018 (2) . Este grupo está compuesto por 4 senadores del Frente Guasu(3), 8 del PLRA y 13 de la ANR y es conocido como el grupo llanista-cartista-luguista o grupo pro enmienda. Para ello primero necesitaban modificar artículos del reglamento interno de actuación de la Cámara Alta para evitar “que el presidente del Senado pueda retener el proyecto de modificación de la Constitución, tal como está habilitado actualmente” (artículo 41); que se baje la cantidad de votos (30/45, dos tercios del total) a 23 con el fin de aprobar “una moción presentada ‘sobre tablas’ para estudiar un proyecto que no tenga dictamen de comisión” (4) .

El presidente del Congreso, el liberal Roberto Acevedo, integrante del otro grupo (que está en contra de la enmienda) compuesto por senadores liberales, colorados y de Avanza País (en total 19 votos), en uso de sus atribuciones, responde que tiene 48 horas para dar curso al pedido. Pero ya el martes 28 la Policía pone vallas al local del Congreso Nacional, lo que empieza a exacerbar los ánimos.

El segundo hecho: El martes 28, con la policía cercando las calles del Congreso, se presentan todos los senadores y el presidente Acevedo informa que convoca a la sesión extraordinaria para el jueves 30 de marzo. Allí en plena sala de sesiones se generan reacciones que concluyen con (para mí) el primer atropello: ignorando la presencia en ese mismo lugar, del presidente y vicepresidente primero del Senado (Acevedo y Eduardo Petta, ambos del grupo contra enmienda), el vicepresidente segundo, Julio César Velázquez (del grupo pro enmienda) “asume” la presidencia del Senado, “oficializando” y dando entrada a la solicitud de modificación del reglamento interno. Aparecen las discusiones, amenazas, intentos de golpes físicos entre senadores, por lo cual el grupo pro enmienda decide ir a “sesionar” a la oficina de la Bancada del Frente Guasu donde, presentado el proyecto de modificación del reglamento, en un santiamén se tiene un dictamen de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos que “aconseja la aprobación sin modificaciones del Proyecto de Resolución por la cual se modifican los Artículos 11, 41, inc. II y 117 del Reglamento Interno de la Cámara de Senadores”, y todos los senadores y senadoras lo aprueban, con la velocidad de un rayo.

A la noche la gente se manifiesta contra dicha resolución que considera que la actuación del grupo pro enmienda protagonizó un golpe parlamentario.

Tercer hecho: El jueves 30, día de plenaria en el Senado y fecha marcada por el presidente para dar curso a la solicitud de grupo pro enmienda, no se cuenta con quórum pues este grupo no se presenta. Queda la incertidumbre de qué harán, cuándo presentarán su proyecto de enmienda.

Cuarto hecho: Ya cerca del mediodía, el viernes 31 el grupo pro enmienda se reúne en sesión paralela por segunda vez y a puertas cerradas en el mismo local, la Bancada de Frente Guasu, presenta y aprueba el Proyecto de Enmienda Constitucional que, entre sus puntos principales, establece los cambios constitucionales, que permitirán la reelección, así como otras modificaciones que hacen a las candidaturas presidenciales (5).

El quinto hecho: Esta decisión genera la reacción de la ciudadanía que va llegando a las plazas aledañas al Congreso, apenas aprobada la enmienda constitucional, y empieza la represión por parte de la policía que hiere a muchas personas con balines de goma y con carros hidrantes.

Foto: Fernando Calistro Arévalos, reportero gráfico del diario Última Hora

Unas horas después, quizá a partir de las 19 o 20 horas, muchos manifestantes logran romper las vallas policiales y toman la sede del Congreso, mientras las fuerzas policiales abandonan el lugar. Allí incendian el local y se destrozan o roban muebles y equipos. Los bomberos tardan en llegar. La noche se ilumina con el fuego que arde, así como arden los ánimos de los manifestantes. Alrededor de las 22 parece que el fuego y las aguas se calman, pero en realidad el enojo ciudadano se va mudando a otros puntos del microcentro capitalino, donde según afirmaciones recabadas, la policía detiene de forma “aleatoria” a gente en la calle, en tanto ocurren nuevos hechos violentos como la quema de vehículos privados estacionados en las calles o ataque a locales comerciales de los alrededores.

Parecía que todo acabaría allí. Pero llegando el nuevo día, alrededor de las 02 de la mañana, el local del PLRA, ubicado a pocas cuadras del microcentro, es asaltado por policías que entran al lugar armas en ristre y van disparando a su paso; las imágenes que después se difunden muestran cómo cae un joven en los pasillos al ser baleado por uno de ellos, mientras los otros policías atacan a las más de 100 personas que habían ido a resguardarse después de las manifestaciones. El joven ejecutado era Rodrigo Quintana, quien recibió 8 balazos, en tanto los demás eran puestos cuerpo a tierra a punta pistola. después son detenidas más de 200 personas y llevadas a la Agrupación Especializada. Hasta el momento la Policía dice no ser responsable del asesinato.

Segunda Parte: Mis opiniones dispersas (6)

Sobre lo ocurrido el 29 de marzo, la primera sesión paralela

“En términos de cumplimiento de las normas establecidas, pregunto cuáles son las diferencias entre los hechos del 22 de junio de 2012 y de ayer, ambos ocurridos en el Congreso Nacional. Obviamente hay diferencias abismales en que sea destituido un presidente legal y legítimamente elegido por la gente, con lo cual las consecuencias fueron gravísimas.

Pero si defendemos un Estado de Derecho no podemos minimizar lo de ayer. Me duele que haya gente que incluso se burla de quienes calificamos de grave el atropello del grupo de senadores que, amparados en su mayoría, pisotearon al menos dos artículos constitucionales y el reglamento interno de la Cámara de Senadores”.

Sobre lo ocurrido el 31 de marzo, en horas tempranas

“Ojalá me equivoque. Hasta ahora lo que se logró es la división en pedacitos de todos los grupos políticos no colorados. Ellos, los colorados, están allanando el camino al triunfo. En eso son maestros con doctorados. Porque más temprano que tarde, la ANR llega siempre a la unidad granítica. En tanto se exacerban los odios en la oposición. Incluso fuera de los partidos…”.

Sobre lo ocurrido el 31 de marzo: la aprobación del proyecto de enmienda constitucional

“¿Ya está? Sí. ¿Ya? Sí. ¿No entendés? Rekutu . Jekutu (7)  lo que nos hicieron. Heridas que serán difíciles de cerrar”.

Sobre lo ocurrido a primeras horas de hoy, 1 de abril: el asesinato de un joven

“Fue una ejecución. Cobarde. Vil. Se asesinó a un joven. ¿Van a decir otra vez que es culpa de los medios como ayer de tarde? ¿Se animan a decir ‘que ya tienen para su muerto?”.

Y para cerrar:
“Respeto las diferencias, las opiniones divergentes (enmienda, reelección, reforma constitucional), pero no se puede justificar lo ocurrido diciendo que los manifestantes fueron todos vándalos, que la prensa instigó, que siempre se viola la Constitución, que tienen mayoría, que uno u otro grupo tiene la culpa, que el sistema neoliberal y muchos etc.

Yo al menos no puedo justificar el quiebre de la institucionalidad democrática. No. Yo quiero un Estado de derecho, y aunque maltrecha, se debe respetar. O si no cerremos el telón”.

Lejos de mi país, mediodía del sábado 1 de abril de 2017.


1. Este un artículo preliminar, pensado sobre todo para quienes no están en el país, con datos rápidos pero cuidando la fidelidad de las fuentes. Escrito con rapidez, con emociones contenidas, mucha tristeza y con profunda decepción sobre cómo pensamos, actuamos, nos posicionamos respecto a nuestro ideal de Estado de derecho.
2. Claro que esta disposición sería también para todos los anteriores presidentes de la república.
3. Excluyo al senador activo Fernando Lugo porque en su discurso público siempre dijo ser no partidario de la enmienda, porque no dio la carta durante todo este tiempo y tampoco participó de las sesiones, sin embargo, el Frente Guasu solo quiere candidatarlo a él (¿?).
4. Fuente: http://www.telesurf.net “¿Qué implica la reforma del reglamento del Senado de Paraguay?” (29/03/2017).
5. Imagen con la información sobre lo que se enmendará, elaborada por Kurtural. Datos publicados en Facebook.
6. En esta parte incluyo mis opiniones que compartí en mi cuenta de Facebook: Myrian González Vera.
7. Re kutu: en guaraní Kutu significa clavar y se agrega el prefijo castellano re para indicar repetición, o sea volver a clavar que, en este caso, quiere decir volver a ocupar un cargo, ser reelegido/a. Jekutu es simplemente clavar a alguien o algo.


  • 22 Feb 2017

Subí que te llevo

¡Qué lindo que sos! ¿Queres que te acerque para tomar el colectivo? Mirá que es peligroso que un hombre ande solo a estas horas en la calle. Vamos, te llevo.

El profesor sube al auto de la alumna y de pronto se encuentra con un tetazo. La chica, muy suelta le dice: “hace rato que quería estar a solas contigo. Me gustas mucho…”.

El hombre queda paralizado. Todo su cuerpo tiembla por el temor y piensa rápidamente: “Qué estúpido soy, cómo no pensé que podría pasarme eso?” Y se culpa por haberse expuesto a una situación tan delicada, sobre todo por la relación profesor-alumna que existe.

¿Cuál es la probabilidad de que esto ocurra con un profesor? Yo diría que no llega al 1% y soy optimista. Qué porcentaje de mujeres adolescentes y jóvenes ha pasado por esto al menos una vez en su vida de estudiante? Me animo a decir que demasiadas.

Fui acosada por mi profesor de Química del 5º curso cuando tenía 14 años. Fui acosada por más de un profesor durante mi vida universitaria. Y de la peor manera. Yo no me expuse. En un caso simplemente fui elegida por el profesor –que, dicho sea de paso, era considerado un excelente profesor, y conocido columnista en un periódico nacional y se jactaba de ser un buen cristiano (católico)– para retirar de su casa unos materiales de lectura para toda la clase. Yo fui a su hogar, no a su oficina, sino a su casa familiar, donde vivía con su esposa e hijos. Fui a la tarde. Llegué y me pidió amablemente que pasara a su oficina, en una casita al lado de la casa grande. Subí con él y detrás de mí cerró la puerta (su esposa e hijos estaban allí cerquita nomás) y buscó los papeles.

Grande fue mi sorpresa cuando, con los documentos en la mano, se acercó a mí, cerca, muy cerca. Tendió una mano sobre mi rostro, con los ojos brillosos, la respiración entrecortada; yo me quedé paralizada. No sabía qué hacer. Tragué saliva mientras él me miraba fijamente y me decía: “qué linda que sos, me gustaría estar más tiempo contigo”. No sé de dónde saqué fuerzas, me escurrí y salí, volando, temblando y con las lágrimas que corrían desenfrenadamente sobre mis mejillas. Salí a la calle, me sentí perdida. No sabía dónde estaba, ni hacia adónde ir…

Hace 40, 30 años antes ni existía la posibilidad de denunciar nada. ¿Acoso? Ni ahí. Si yo hablaba, sea a mis padres o a las autoridades de la universidad, me hubieran dicho que yo tenía la culpa, que cómo me voy a ir a la casa de un hombre. Pero ese hombre era un respetado señor de Asunción.

Cuento esto por Carol, la estudiante de Medicina que hoy podría recibir un cachetazo de la justicia. Cuento esto porque hay y hubo demasiadas Carol en el Paraguay. Cuento esto porque me indigna que haya gente –mujeres y hombres– que dicen que por qué se subió a un auto. Que por qué se expuso, que a lo mejor ella también quería “algo”.

Cuento esto porque aunque pasaron demasiados años, la valentía de Carol me lleva a contar mi historia, que es la historia de muchas, de demasiadas. Y antes era el silencio, hoy podría ser la impunidad, ante el acoso sexual.

Asunción, 22/02/2017

 

 

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